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Drafting en natación… y déjate llevar

13 de julio de 2016

Drafting en natación… y déjate llevar

Drafting en natación… y déjate llevar

«¿Cómo vas a salir en el agua?»

«Buscaré unos buenos pies y ahí me quedo todo el rato»

La conversación no es fingida, se trata de un clásico de las pruebas de natación en aguas abiertas o de los triatlones, en su tramo de nado.

«Chupar rueda«: algo que puede parecer fácil y óptimo puede resultar tan complicado como subirse a un autobús en marcha si «los pies que pretendo seguir» son demasiado rápidos, o tan innecesario que directamente te puede hacer perder tiempo en tu prueba si quien llevas delante no nada a una velocidad adecuada o sencillamente no se orienta bien.

Empecemos por lo básico y la clave: PRACTICA. Si tienes acceso a aguas abiertas, practica. Si tienes la oportunidad de nadar en grupo, practica. Si tienes la posibilidad de entrenar con alguien más rápido que tú (dentro de unos límites…), practica. Y si eres tú el rápido y quieres hacer mejorar a alguien o simplemente poder nadar con él sin contratiempos (¿un reto, por ejemplo?), ¡practica!

Pero, ¿qué me aporta realmente el drafting? Quienes hemos practicado natación sabemos de lo «desesperante» que puede resultar tener a alguien a pies toda una serie larga, y lo decepcionante que supone en cuanto a ritmo cuando ese nadador que anteriormente te seguía, ahora pasa a comandar la serie. Es evidente que modifica tanto la resistencia al avance, como la velocidad, la intensidad relativa, etc. Veamos algunos datos que nos aporta la ciencia:

A modo de resumen, el mejor método para beneficiarse es el drafting trasero. Chatard y Wilson (2003) encontraron hasta un 21% de la reducción de la resistencia al avance si el nadador se coloca entre 0 y 50cm detrás de los pies del nadador líder. Mucho antes, en 1998, ya se evidenciaron mejoras  de más de un 3% en la velocidad de nado para triatletas en distancias de 400m. Cuanto más rápido es el nadador líder y más recto nada, más beneficios obtiene el nadador que se beneficia del drafting. Ese mismo año, Chatard et al. ya registraba disminuciones de la resistencia hidrodinámica un 13-26% en función de la proximidad y velocidad de nado (citado por Ortega, J, 2014).

Para lograr el mayor beneficio posible haciendo uso del drafting lateral, la mejor posición se sitúa a 50-100cm de la mano del nadador cuando acaba el empuje con el brazo, obteniéndose un 6-7% de reducción de resistencia al avance.

Incluso en un artículo de Sara McLarty de 2014, junto a interesantes ejercicios para practicar que abordaremos al final del texto, se nos habla de una reducción en las necesidades de producción de energía del orden del… ¡38%!

Independiente del tipo de drafting que usemos, el consumo de oxígeno, la frecuencia cardiaca, la concentración de lactato, el ratio de percepción de esfuerzo y la frecuencia de brazada se reducen significativamente comparado con nadadores que nadan a la misma velocidad sin uso del drafting (Chatard y Wilson, 2003. Mismas conclusiones para Jansen, 2009). Un antiguo estudio realizado por Basset et al. en 1991 encontraba en concreto reducciones de hasta 10% en el consumo de oxígeno (citado por Ortega, J, 2014).

Para ver hasta dónde llegan los efectos del drafting, conviene destacar un estudio de varios autores portugueses en el 2008, que analizaron los efectos del drafting usando fluidos dinámicos computacionales. Se observó que la distancia mínima para igualar los coeficientes de arrastre entre nadadores era de 6,5m, llegando a registrarse drafting en distancias de hasta 9m. Esa sería la distancia entre nadadores a la que las condiciones de hidrodinámica entre ellos se igualan.

No se encontraron diferencias significativas para triatletas entre nadar detrás del nadador líder si este usaba en su nado ciclo 2 ó ciclo 6 de patada (Millet G, Chollet D, Chatard JC., 2000).

Y ahora, tras toda esta tormenta de datos… ¿nos debemos fijar únicamente en beneficios numéricos del drafting independientemente de mi nivel, experiencia y objetivos como nadador? Rotundamente no. Una vez dominemos al máximo posible tanto la técnica de nado como el control del ritmo y tengamos una experiencia adecuada, mis objetivos y estrategia en la competición determinarán mi tipo/s de drafting a usar.

A grandes rasgos, tendríamos dos tipos de estrategia de uso de drafting en competición:

  • Si no me interesa ganar la posta de natación (ej: triatlón, o un reto entre compañeros como pueda ser una travesía de larga distancia), quizá lo más interesante sea el drafting trasero, para beneficiarme no solo de la mejora del ritmo de nado, sino especialmente de la reducción de la intensidad relativa y sus consecuencias posteriores. Delextrat y otros (2003) encontraron mejoras de casi un 5% en eficiencia de pedaleo en distancia sprint si el triatleta se había beneficiado previamente del drafting en el sector de natación.
Uso del drafting en eventos de equipo

Uso del drafting en eventos de equipo

  • Si quiero ganar el sector de natación o llegar lo más adelante posible (prueba de natación en aguas abiertas, o coger de los primeros la bici), quizá un drafting trasero no sea la mejor opción una vez la prueba se empiece a decidir. No olvidemos que aunque tenga la mayor reducción de resistencia, estoy en una posición poco ventajosa para esprintar (me encuentro a más de 2m de la cabeza de carrera al estar situado a los pies). Así mismo, en especial si hay más de un nadador delante, podemos reaccionar demasiado tarde a un ataque inesperado y el nadador delantero puede habernos cogido una distancia insalvable. En cambio, un drafting lateral me hace beneficiarme (en menor medida, eso sí) de la reducción de la resistencia al avance, pero tengo al nadador líder mucho más cerca, más controlado, y apenas me hace falta levantar la cabeza para orientarme. Si a su vez, cuando ataco, me salgo un poco de su aspiración, haré más difícil su posible reacción.
Transición natación a bici Casa de Campo Madrid

Transición 1

A modo de resumen de los datos más interesantes mostrados, esta es una captura de una de las diapositivas utilizadas en nuestros Ciclos de Seminarios de Triatlón que utilizamos para diferenciar los tipos de drafting (adaptado de Rodríguez Adalia, 2013):

Diapositiva ilustrativa sobre las diferencias existentes entre draftings trasero o lateral en natación

Diferencias entre draftings trasero o lateral

Realmente, a efectos prácticos no es necesario montar ningún circo en la piscina para entrenar mínimamente el drafting, ni generar ruedas interminables de nadadores tocándose los pies unos con otros. Se sabe que los efectos del drafting pueden ser plausibles simplemente con dos nadadores compartiendo una calle (Phillips y Mullen, en Swimming Science).

Aparte del ya repetido «¡practica!» con el que os hemos bombardeado en el artículo, os añadimos algunos consejos para entrenar el drafting y usarlo en competición, que plantea Sara McLarty en el blog Triathlon Competitor en 2014.

  • Sigue los pies: Intenta ir lo más pegado posible a los pies del nadador líder, sin tocarlos. Confía en su orientación, pero no ciegamente…
  • Échate atrás: en grupos reducidos en los que el ritmo medio sea acorde al tuyo, no luches por liderar el grupo ni te des golpes laterales con otros nadadores. Afloja un poco el ritmo y colócate a cola de grupo. Puedes entrenar esto durante el año como los relevos clásicos de contrarreloj por equipos ciclistas: te echas a un lado y te dejas adelantar por el grupo, para colocarte «a rueda».
  • Surfea la ola: los nadadores crean a su paso una ola en forma de arco. Colocándote a un lado con tu cabeza a la altura de la cadera del nadador de delante obtendrás los mayores beneficios de este tipo de drafting (lateral)
  • Que no te atasquen: el efecto del uso del drafting lateral en el nadador líder es el de ser «arrastrado» ligeramente hacia atrás. Plantéate salir de esa zona en la que tus rivales se aprovechan y tú eres perjudicado…

Ya sabéis: ¡dejaos llevar!

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